lunes, 7 de agosto de 2017

Testing Manga 75 - Boku Dake ga Inai Machi


Títulos alternativos: Erased, Desaparecido, The town where only I am missing
Publicación: 4 de junio de 2012 - 4 de noviembre de 2016
Autor: Sanbe Kei
Género: Misterio, sobrenatural, drama
Volúmenes: 8 (+1 de extras)

Fujinuma Satoru tiene 28 años y el objetivo de convertirse en dibujante de manga. Sus proyectos no acaban de convencer a los editores y para poder pagar sus gastos trabaja a la vez en una pizzería. Una vida aparentemente normal, pero Satoru oculta una habilidad especial que le hace muy diferente a las demás personas: el "revival". Cuando una desgracia ocurre cerca de él, este poder se activa rebobinando el tiempo en continuos bucles hasta que es capaz de evitarla. Llevándole normalmente unos segundos al pasado, ha logrado vivir con ello y seguir con su día a día. O así había sido siempre hasta que una desgracia de gran magnitud relacionada con su familia e infancia le lleva hasta su niñez, al momento en el que apenas tenía 10 años. Con la necesidad de arreglar ese futuro problema desde su más temprana raíz, Satoru tiene que volver a vivir su vida evitando la situación que en esa época provocó la desaparición de una niña de su clase.


TESTING GENERAL

La fórmula de Desaparecido es tan singular como efectiva. Usando elementos tan dispares como los viajes temporales, la resolución de un misterio y un grupo de niños en edad de ir al colegio, consigue una fantástica historia con tintes dramáticos que engancha de principio a fin. Aunque ya había visto el anime, sensiblemente recortado, me he animado a leer la versión en papel y he terminado aún más satisfecho que tras ver su adaptación. Y eso que el dibujo es regulero.

La serie de Sanbe Kei no destaca demasiado en el apartado visual y puede que en primera instancia genere rechazo en los más puristas. Sin embargo, por el tipo de obra que es, no creo que dependa demasiado de su arte. Con todo ello hay algún diseño que me encanta, como el de Hinazuki. Sus ocho tomos de duración manejan los tiempos perfectamente y alojan las muchas etapas en las que el manga se divide sin que sobre o falte un capítulo. En definitiva, una lectura muy recomendada con la que creo que muy poca gente se puede sentir decepcionada. Por ponerle algún pero, quizás la identidad del culpable se puede intuir desde muy pronto, y que la última parte se nota algo forzada. Detalles que ni mucho menos logran arruinar el resto del manga.


TESTING CON SPOILERS

Por seguir con las críticas negativas, voy a nombrar una que me parece bastante presente pero que le perdono al manga precisamente por esa razón: por ser un manga. El Satoru de 28 años vuelve al cuerpo de su yo de 10 años y se junta con su grupo habitual de amigos de la época. Aunque inicialmente hace referencias constantes a la diferencia de edad, llega un momento en el que se pasa por alto y se observa que la mayoría de compañeros no tienen el comportamiento y la forma de pensar que tienen los niños de esa edad. Sobre todo Kenya, que casi es más inteligente incluso que Satoru. El rubio presenta un comportamiento analítico que ni el crío más listo de una escuela de críos listos podría igualar. Hinazuki también peca de una personalidad mucho más madura de lo que debería, y gracias a ello la historia sale adelante. Todos hemos tenido diez años y sabemos cuáles eran nuestras preocupaciones en ese momento. Pero lo dicho. Esto es manga.

Como ya he mencionado antes, otro de los puntos peor llevados de la obra es la identidad del asesino. Prácticamente puede sacarse que Yashiro es el culpable por mera eliminación. No hay más adultos que pudieran encajar en las pistas que se conocen desde los primeros capítulos y por algunos detalles inocentes puede extraerse que tiene más importancia de lo que parece. Los golpecitos al volante en primer plano son bastante esclarecedores. Casi me inclino más por que el autor no quería esconderlo. Me extraña, pero no puedo explicar tanta evidencia si no. Sus motivaciones tampoco acaban de gustarme del todo, pero al menos tiene sus capítulos para conocerlo un poco mejor.

Fuera de eso, es un manga sensacional. La inocencia infantil representada por el grupo de niños, el cariño de Sachiko hacia su hijo y sus amigos, la impotencia de los jóvenes ante el control de los adultos... Y Hinazuki Kayo. Para mí sin duda el gran atractivo del manga. He sufrido con ella en sus peores momentos, he sonreído cuando ella lo ha hecho y me he emocionado al verla adulta con un bebé en su brazos. La historia de Hinazuki Kayo ha sido la piedra angular sobre la que se ha sostenido el manga en mi mente. Sus "¿Eres idiota?", los guantes a medio tejer, la forma de mirar a Satoru, e incluso su expresión al enterarse de su accidente. Todo forma parte del crecimiento de Kayo y de cómo aprendió a vivir. La madre de Satoru me produjo un efecto similar en alguna ocasión. Muchas veces los hijos olvidamos lo que suponemos para una madre, y Sachiko nos lo enseña de la mejor manera posible. Su sacrificio durante los años en los que Satoru está en el hospital es lo que haría cualquier madre. También sus lágrimas de alegría fueron las mías. Aunque no físicamente. Soy un machote y aguanto mis emociones.

La conclusión del manga quizás palidece en la comparación con el resto de la serie. Se nota todo un poco forzado, jugando al típico juego de adelantarse a los movimientos del otro una vez tras otra. Yashiro pierde de una manera un poco ridícula y facilita la resolución de los casos con una conveniente confesión con pelos y señales. No creo tampoco que hubiera otro desenlace mejor. Todo debía resolverse y terminar con un final feliz. Y tan feliz que resulta ser cuando Airi aparece en la cara de Satoru.


VALORACIÓN

Dibujo: 5. Lo peor del manga. Aunque piense que no es determinante, es de recibo decir que va muy justito.
Línea argumental: 9. Es original y está muy bien llevada. Baja un poco llegando al final, pero de manera muy ligera.
Personajes: 8. Satoru, Kayo, Sachiko, Kenya y Yashiro funcionan estupendamente. Los secundarios intervienen algo menos, pero cumplen bien.
Duración: 10. Me encanta que tenga ocho volúmenes. Una duración ideal para esta historia y que la hace accesible a cualquiera.

Nota para Ruff: 8.

Su duración es la razón definitiva para recomendársela a todo el mundo. Ocho volúmenes te los lees en muy poquito tiempo y a cambio tienes un maravilloso relato cargado de emoción, suspense y originalidad. Adelante con ella.

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